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La vida de Colbert

Igual que ayer, igual que mañana.

Igual que ayer, igual que mañana. "Como siempre se puso a su espalda y cerró los ojos sin decir palabra. Deslizó sus dedos rozando la blusa y buscó los botones para liberarla.
Alcanzó luego la cintura elástica, desabrochó un broche y bajó la falda casi sin rozarla. Tanteó los bordes del sostén de seda que con manos diestras dejó que cayera. Hizo lo mismo con las medias negras y el mínimo tanga que enredó en sus piernas.

Cruzó entonces sus sólidos brazos bajo los pechos de ella, la elevó en el aire y libró sus tobillos del ovillo de tela. Cuando estuvo desnuda dudó si mirarla y prefirió el recuerdo de noches lejanas.
Consintió un ambiguo desliz de sus manos pero impidió luego que jugaran sus labios. Suspiró un segundo, olió a lo que olía y sintió que todo giraba en el mundo.

Tomó otras braguitas y otro sostén diminuto y, esta vez sin medias, comenzó a vestirla. Le puso un top de color de plata y una blusa blanca que se trasparentaba, un pantalón pirata y un bolso de paja. Y cuando estuvo seguro, sin siquiera mirarla, que estaba perfecta buscó otra vitrina en la que seguir trabajando."

(Jorge Rubio)

Pd1: Esta muy bueno este cuento, por eso lo expongo aquí.

Pd2: si el autor de este relato no acepta la libre exposición de este, solo envíe un e-mail, e inmediatamente será eliminado de este blog.

5 comentarios

jampal -

ingenioso... muy bueno...

GeBeSa -

Olle...donde estás?? espero noticias tuyas pronto...

Gromit -

Mmm, curioso cuanto menos... Si no fuese tan mal pensado seguramente no me habría sorprendido tanto... xDDD

Morgia -

interesante

GeBeSa -

Vaya, si no llega a ser por la foto y por el final del cuento, hubiera pensado que te habías pasado una noche de locura...

Besos